Nadie inspira tanto pavor a los monjes de las Crónicas de la Aflicción como la cabra Answélica. Así que imagínense el miedo del hermano Edik cuando entra en el establo y ve a una niña acurrucada junto a la cabra diabólica. La niña no sabe de dónde viene ni si tiene familia. Únicamente recuerda su nombre: Beatryce. Pero los soldados del rey saben quién es y quieren encontrarla a cualquier precio. Luminoso cuento sobre el destino, el amor...